Soy Larissa Correia y manejo una agencia de contrataciones en Latinoamérica. Represento a 22 artistas, una mezcla de talento europeo y Suramericano. Ahora no estamos trabajando y no tenemos planes para volver. Algo que también está pasando para muchas personas alrededor del mundo. No hay un apoyo gubernamental específicamente para artistas, agencias y trabajadores conectados a la escena electrónica y sus eventos, así que solo podemos tener esperanza en el futuro.

Nos apegamos a la idea de que algunas cosas volverán en marzo o abril del próximo año y la vacuna es muy importante para que eso suceda. Vivo en São Paulo y aquí el número de casos de COVID-19 bajó en las últimas dos semanas, así que restaurantes, bares y lo demás están reabriendo, sin embargo, no sabemos si con esta reapertura los números suban de nuevo. Es una situación peligrosa y frágil.

Todo lo que involucra eventos de asistencia masiva está suspendido y no hay planes para eventos de esta magnitud en un futuro cercano. Tenemos estrategias para algunas fases, de la una a la cinco, pero la fase cinco solo es posible si las otras cuatro fases duran una cantidad considerablemente larga de tiempo con el mismo número de casos de COVID-19, o menos. Sólo lo sabremos cuando lleguemos a ese momento.

Han habido transmisiones en vivo y fiestas online pero eso es insostenible, la escena está luchando para hacer esfuerzos pero la industria está muerta. Vemos DJs tocando en transmisiones pero ¿qué pasa con el resto? Los productores de luces, de sonido, las personas que se encargan del aseo, los conductores, el resto de gente que trabaja atrás en las oficinas…

Mantuve mis empleados hasta este mes porque creí que sería justo mantenerlos mientras hubiera dinero en la empresa. Pagamos sus salarios usando todo lo que teníamos pero simplemente se nos acabó el dinero. Desde este mes en adelante no tenemos ni presupuesto ni equipo (a excepción de mi compañero Gideon, de Gonzalo nuestro booker y de mí). Estamos esperando y mientras tanto, contactamos a todos, desde promotores hasta artistas, intentando entender qué planes tienen.

Hay muchos países en Latinoamérica y por esta razón debemos hablar con cada persona por separado, porque cada país tiene acciones gubernamentales distintas, ese es nuestro trabajo por el momento. Desafortunadamente nuestra región ha estado por fuera de la discusión por años, no solo ahora, pero en estos momentos es peor porque estamos enfrentando una situación económica peor que la de Europa y Estados Unidos, incluyendo recesión en algunos países. Muchos de los principales problemas que tenemos aquí han sido ignorados.

La tarifa de cambio de moneda por ejemplo, siempre ha sido un gran problema económico para todos los países en Latinoamérica. Trabajamos con la moneda americana y el dólar estadounidense siempre está en cambio. Cada mes es un precio distinto así que cuando cerramos un negocio en dólares estadounidenses estamos tomando un riesgo porque en cualquier momento puede subir o bajar, la mayoría de veces sube. Es un negocio riesgoso y es más costoso: cuando hacemos el cambio siempre termina siendo más caro de lo que pagaríamos en Estados Unidos o en Europa, también tenemos limitaciones bancarias porque no tenemos accesos a los mismos recursos como PayPal o TransferWise, sin mencionar que las leyes financieras y fiscales son distintas en cada país. Todo se junta para que sea un espacio negativo para hacer negocios.

Por años hemos sido dependientes de artistas internacionales y no muchos de ellos, o sus agencias, tienen eso en consideración o siquiera saben que esos problemas existen cuando trabajan con nosotros. Sería interesante ver qué sucederá cuando el público finalmente cambie su perspectiva y de una buena mirada al talento regional. Sin embargo no es sencillo promover este talento cuando todo lo que vemos son artistas y marcas internacionales, especialmente en plataformas como Resident Advisor y otras revistas globales.

Todo se vuelve más grave cuando consideramos la prevalencia de la cultura patriarcal, y cómo esta hace más difícil que mujeres y personas no binarias puedan vivir de nuestra industria. Estos nombres no son populares en nuestros mercados locales y no venden entradas. Es un círculo vicioso y es muy difícil luchar contra él. Soy consciente de que la mayoría de los ingresos que tengo son por artistas de mi agencia bien pagos fuera de Latinoamérica, pero quisiera que el cambio llegue rápido para poder promocionar más talento local, especialmente a personas que pertenecen a minorías y que necesitan más apoyo.

La pandemia está agravando la situación. Actualmente en Brasil estamos entrando a la recesión más grande de nuestra historia, un dólar estadounidense son seis reales ¡Es absurdo! Esto afectará los futuros negocios que queramos hacer, al punto de que será imposible hacerlos. Si un artista cuesta $5,000 no podremos pagar $5,000, podremos pagar $3,500 por la devaluación de nuestra moneda. Este es el problema principal de los países Latinoamericanos, no sólo el de Brasil.

Creemos que la industria volverá en cierto momento, tomará tiempo pero esperamos que regrese, con una vacuna y mejores tratamientos para el COVID-19, pero también necesitamos adaptar a los artistas internacionales al mercado actual y la nueva realidad de este. Esa es mí responsabilidad: la de traer la realidad a artistas internacionales y hacerles entender que la paciencia será necesaria.

Obviamente aún existen festivales de alto perfil en Latinoamérica que podrán pagar cantidades absurdas de dinero, pero si los artistas internacionales de verdad quieren apoyarnos y llegar a la escena real aquí, necesitan entender que los precios de boletería para los asistentes también deben tener precios razonables, o las fiestas de música electrónica serán exclusivas para personas ricas de la alta sociedad en países con los mayores índices de desigualdad en el mundo. Esto también aplica a marcas globales y festivales que han llegado a mantener una relación desigual y depredadora con nuestras comunidades locales.

No podemos repetir lo que el mercado ha estado haciendo por años: altas tarifas, requerimientos lujosos y solicitudes extravagantes. Todos necesitamos cambiar. Además, debemos fortalecer nuestras escenas que puedan resaltar, ese es el mayor reto que tenemos en estos momentos. Y desde el norte: es momento de no solo tomar cosas de nosotros, sino también darnos algo de vuelta. Esto es lo que necesita cambiar urgentemente.

Traducción por: ECO